jueves, 26 de febrero de 2009

UVA


Hemos salido de Valladolid a medianoche. Según he leído allí resulta que Castilla-León es un punto privilegiado geográficamente para la observación del cielo nocturno, Amorro me señala un grupo de estrellas con forma de cometa y me dice que eso es Orión. En dos días he tenido tiempo de pasear por la ciudad, encontrarme con un viejo amigo murciano, hacer entrevistas, pasar por el "Café Teatro" (cantaré allí el 23 de abril), probar la especialidad de la casa, acudir a la jam session de los miércoles en "El tío Molonio", conocer allí a Carlos Kawash e invitarlo tocar la flauta de pico (¡!) en el concierto que daría al día siguiente en la U.V.A. Me he levantado tarde, ducha y a comer, té con leche, paseo y muestra de Chillida en el Patio Herreriano... Pasadas las 5 de la tarde ha llegado el equipo Buenamúsica (Zapo, Amorro y Tony Pereyra) y hemos llegado al paraninfo de la Universidad de Valladolid (UVA), lugar habitual de nombramientos "Honoris Causa" y otras asambleas académicas que una vez al mes se convierte en escenario de músicas gracias al equipo de cultura (Amelia, Mª José y MªAngeles).
Se han ocupado todas las localidades y desde el principio, cuando dos focos blancos que parecían interrogarme y deslumbraban reflejando en mi guitarra hacia la cara de algún espectador que se cubría, hubo ganas de reír. Y eso ha hecho de este un concierto tranquilo, junto a Tony, con sitio para lo ensayado y para lo que no tanto... Carlos Kawash es un flautista excepcional y hemos hecho una versión de "Ver el sol", una canción que hace tiempo que no cantaba, "en La menor" me dijo.
JM Ramón Cano no pudo acompañarnos, acaba de tener (su mujer) gemelos. Tovarish (autor del diseño de "El aprendiz de Hombre-bala":) y Lola, Jose María (baterista murciano con el que compartí escenario en la sala Roxy hace más de 10 años), Carlos Kawash, Zapo, Amorro, Tony y yo acabamos cenando y tomando lambrusco en una pizzería, justo antes de hacernos tranquilamente pequeños bajo el manto de estrellas escuchando Diana Krall y la voz cansada del Gps.
Con pan y con vino ...
se anda el camino.
lunes, 16 de febrero de 2009

La Casa Vieja

Sábado.
Empecé la prueba de sonido
con un cable que no quería funcionar
y una cuerda que perezosamente se aflojó
hasta soltarse antes de que la tocara.
Pero cené con Mario...
canté lo mío a ras de suelo...
con un buen jumilla a mano...
Hombres bala y Mujeres-cañón bailando
como si estuvieran enamorados...
pidiendo...
lo mismo una canción que un whiskey-cola...
y cerramos el bar...
porque somos gente de costumbres.
Bonita la noche murciana.

Gracias a La Casa Vieja y a los que pasasteis por allí!
domingo, 8 de febrero de 2009

La falta de rutina que adolece a los artistas nº2: Juan Antonio Canta



Hoy quiero presentar a un artista que pasó fugazmente por las retinas de la memoria colectiva de este país. Y digo presentar porque probablemente a mucha gente el nombre de Juan Antonio Canta no les diga nada, pero si comento que era el que cantaba cada noche en "Esta noche cruzamos el Mississipi" un tema que decía "un limón y medio limón..." todo cambia. Descubrí su único disco editado (se quitó la vida el mismo año de su "éxito") gracias a que un amigo me lo regaló, no sé por qué razón tenía dos copias:
LAS INCREIBLES AVENTURAS DE JUAN ANTONIO CANTA.
Tuve la sensación de descubrir un tesoro.
Luego buscando el disco por tiendas vi que no era fácil de encontrar, por no decir imposible.
No puedo evitar pensar en lo que nos hemos perdido con su marcha forzada. No se pierdan lo que hizo.

Aquí os dejo el enlace a un myspace- homenaje.
http://www.myspace.com/juanantoniocanta
Y algo sobre su vida.
http://lafonoteca.net/grupos/juan-antonio-canta
miércoles, 4 de febrero de 2009

A besos

El reflejo encharcado del suelo
me acompaña esta vez
sin preguntar de dónde vengo,
entrando a esta ciudad
frente a otros viajeros
que saben perfectamente a dónde van.
No pienso cubrirme,
es un regalo demasiado caro...
y que pasen lista si hay meta
que yo gustosamente
ofreceré mis muñecas...
pero no sin apurar el vaso,
no sin enterrar las deudas
de nuestra generación,
no sin gritarle al viento
que no es para tanto.
No sin refugiarme en los días
en que maté el tiempo
contigo, a besos.
©
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