miércoles, 4 de febrero de 2009

A besos

El reflejo encharcado del suelo
me acompaña esta vez
sin preguntar de dónde vengo,
entrando a esta ciudad
frente a otros viajeros
que saben perfectamente a dónde van.
No pienso cubrirme,
es un regalo demasiado caro...
y que pasen lista si hay meta
que yo gustosamente
ofreceré mis muñecas...
pero no sin apurar el vaso,
no sin enterrar las deudas
de nuestra generación,
no sin gritarle al viento
que no es para tanto.
No sin refugiarme en los días
en que maté el tiempo
contigo, a besos.
©

1 comentarios:

supertaCAÑON dijo...

Este zagal lo tiene todo!!! PRECIOSOS

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